Elevar los sueños,
hacerlos revolotear alrededor mío, sin timón, sintiendo el hormigueo en las
entrañas.
¿Para qué? Si la acción de la cruel gravedad los hará añicos.
¿Para qué voltear? Si reconocerás en los caídos sueños que
toda culpa recae en ti
¿Para qué echarle la
culpa al empedrado?
¿Para qué repetir la misma frase “La próxima vez lo haré
bien”? Si sabes conscientemente que no hay un próxima vez.
No habrá un momento igual, lo desperdiciaste y ¿qué queda?
Nada más que la certeza de que pudiste haberlo hecho bien, pero no te
autocastigues.
Falso es pensar que todo tiene solución.
Hay cosas que son irreparables, irremplazables. Tienes una
sola oportunidad en la vida de hacerlo bien aprovéchala, no te dejes llevar por
el contexto, por la gente alrededor que no querrá nada bueno para ti. En este
mundo solo debes escucharte a ti mismo, confiar en tus decisiones.
No hay vuelta atrás, no la hay; te equivocaste, no hay nada que puedas reparar
ya.
Tal vez mis palabras se interpreten a una experiencia
personal, y no tengo nada que negar.
¿Por qué todo tuvo que pasar así? Porque yo lo quise así. El caer desde lo más alto duele aún más. Tal vez soy un poco masoquista, no lo sé
no me conozco bien.